4.8.07

La Habana


No diré que volveré en cuanto pueda, que espero hacerlo en tres o cuatro meses, que pensar en ella va mucho más allá que recordar una gran ciudad y un gran país. No diré que ya la echo de menos. Ni que me he sentido la persona más afortunada del mundo. Sólo se me ocurre pensar en un par de cosas. La primera es que esto es el prólogo de Diarios de La Habana. La segunda, que lo dejaría todo y me iría a Cuba. Sin regresar, porque uno nunca regresa a los lugares de los que no ha salido.