31.10.08

Lo que hay (y no)

A la salida del instituto dos alumnas me informan que al día siguiente no asistirían a clase. Se van de excursión a Narbonne. Les elogio la ciudad durante un buen rato. Es uno de mis lugares favoritos del sur de Francia. Les hablo de los canales y sus deliciosos puentes, de su zona peatonal, de sus calles estrechas, de sus pastelerías y de por qué me encanta ir allí antes que a otras ciudades de la zona, como Carcassonne. Sí, ya, me dicen, ¿pero hay algún McDonald´s? Me resigno y les respondo afirmativamente.
Cruzo la calle y sorprendo a otra alumna de ese mismo curso hablando en japonés por teléfono. Le pregunto. Me comenta que lleva un par de años estudiándolo, haciendo cursos intensivos. Caminamos un par de manzanas hablando de Tokio, de Banana Yoshimoto y, sobre todo, de Haruki Murakami. Coincidimos en gustos.
Antes de llegar a mi casa, un amigo con el que no hablaba desde hacía unos años me pregunta por el trabajo y se interesa por el estado de la educación. En fin, le digo, hay de todo.

27.10.08

Hoy era martes, Jorge Brotons

Hace unos días me envió el poeta Jorge Brotons dos de sus libros. El que acabo de leer ahora es Hoy era martes, publicado en preciosa edición por Papers de Versàlia. He tomado varias notas durante su lectura. La primera, un corchete a una de las citas que abren el libro: “El extranjero te permite ser tú mismo,/ al hacer de ti un extranjero”, escribía Edmon Jabès. Por lo demás, anotaciones varias: la estética de la herida; la apuesta de Brotons por hacer de la frontera un lugar autónomo, visible, desde donde escribir; el lenguaje, la respiración y el ritmo propios de esa ubicación; los recursos literarios que lo acompañan y enriquecen (paralelismos, metáforas, quiasmos…); las dos orillas que nos separan de la realidad emocional y la intelectual; la búsqueda de esas localizaciones que, como el circo, están entre dos mitades; los restos que dejamos para que alguien note nuestra ausencia; la necesidad de fundirnos en el presente, ser presente; la actitud que imprime a unos poemas que saben hacer de la poesía un carácter.
En fin, un libro absolutamente recomendable. Al leerlo, pensé que el lugar de la escritura es incierto. No sabemos por qué hemos llegado a él, pero sabemos, al mismo tiempo, que no podríamos estar en otro sitio.

Memorial de lo incierto

La revista digital La literatura del pobre acaba de publicar el artículo "Memorial de lo incierto", una breve reseña del libro Víspera de ayer, de Juan Salido-Vico. Aunque el poemario saliera hace tiempo, es una buena ocasión para reactualizar ciertas lecturas, porque hay libros que no atienden a épocas ni a modas.

24.10.08

Postales de invierno, Ann Beattie

Postales de invierno, de Ann Bittie, es una gran novela. No se me ocurre otra manera mejor de presentarla. Y es una gran novela a pesar de la crítica, que la ha adulado sobremanera. Postales de invierno tiene esa rara habilidad de ciertas obras que no se conforman con permanecer encorsetadas entre las pastas de un libro. Es un texto que salta de la página e impone un lenguaje, un ritmo, una respiración a quien la lee. Una novela donde no ocurre nada y sin embargo condensa buena parte de la envejecida conciencia sentimental del último cuarto de siglo. Con una prosa dinámica, ágil, capaz de aglutinar los dos polos del arte: la tragedia y la comedia. Una acertada meditación sobre la frustración y el desengaño, la anécdota y lo duradero, reflejado en unos personajes bien construidos y una trama donde no hay posibilidad de volver atrás.
Una de las cosas que más valoro de los escritores porteños del siglo pasado es que supieron crear literatura donde no la había: en una esquina mal iluminada, en un parque deprimente, en una avenida fea o en un bar cualquiera. Eso es lo que hace Beattie y eso es lo que no equivoca a la crítica: Postales de invierno es la mejor sucesora de El guardián entre el centeno, otra obra maestra.

15.10.08

Firma invitada en DVD

Ya comentamos, a propósito del poeta Juan Salido-Vico, que la editorial DVD, a través de su página web y bajo la coordinación de Juan Manuel Macías, había comenzado a editar un apartado dedicado a escritores contemporáneos. Se titula Firmas invitadas. Agradezco a Juan Manuel que me haya incluido en su última entrega. Por la charla que mantuvimos y por haber publicado el texto que empleé como presentación para La tristeza del eco. El enlace, aquí.

6.10.08

Más diarios

Llevar un diario requiere tanto trabajo como escribir cuentos o novelas -no necesita, es cierto, imaginación, ni tampoco estructura, pero sí relato, descripciones, reflexión, caracterización de personajes... y muchas horas ante el papel o la pantalla- y sin embargo no sirve, a primera vista, para nada. No se publica; no se paga; ni siquiera tiene el efecto colateral -ese que según García Márquez es el verdadero fin de quien escribe- de que nuestros amigos nos quieran más. De hecho, si lo leyeran y nos vieran como realmente somos, cabe sospechar, ay, que más bien nos querrían menos...
Laura Freixas, en el Babelia (4/10/08)