30.4.09

Juan Manuel Macías

Juan Manuel Macías fue el poeta invitado al ciclo de lecturas de Els dilluns de La Cigale, estos recitales que organizo junto con Juan Salido-Vico. No le conocía personalmente, aunque sigo su blog desde hace tiempo. Él es, además, quien se encarga de Firmas invitadas, en la página web de la editorial DVD. Al margen de lo fetichista que pueda ser uno, en su culto al papel y al libro, lo cierto es que los blogs me han dado unas cuantas alegrías. Así es como le conocí, a él y a Olga Bernad, por ejemplo. Y así es como llegó Juan Salido-Vico.
Además de ser un buen poeta, como demostró en su lectura, Juan Manuel es una persona excelente. Una de esas personas que te gustaría tener en tu misma ciudad (él vive en Cercedilla). Su poesía es sugerente, profundamente evocadora, y eso que emplea una forma de decir muy diferente a la que puedo emplear yo mismo. Una poesía de corte clásico, donde se trabaja la métrica y la forma. Una poesía, en fin, limpia. Lo dijo Eduardo Moga en la charla: Juan Manuel conoce a los clásicos, conoce sus ritmos, su musicalidad, y lo adapta a su propio mundo. Su propuesta, aunque suene paradójico, es mucho más arriesgada que la de otros tantos poetas que buscan ese ser moderno sin interrupción. Poetas, dicho sea de paso, con fecha de caducidad. Uno escribe por necesidad, no para crear escuelas ni puntos de inflexión en la dilatada historia de la poesía.
Siempre es una buena noticia que gente como Juan Manuel esté dentro de diferentes proyectos culturales, como tipógrafo, poeta o traductor. Tanto da. Como un humanista, que es de lo que se trata. Para nosotros, ya digo, fue una alegría contar con él para las lecturas. Gracias, amigo.

25.4.09

Juan Marsé

El magnífico discurso de Marsé, aquí, en el blog de Fernando Valls.

23.4.09

Sant Jordi

Lo vengo celebrando desde hace tiempo, dentro y fuera de Barcelona. Esta tradición de la rosa y el libro, que agolpa a la gente en Las Ramblas (la de Canaletes y la de Catalunya), y demás calles. Esta aglomeración que hace de una distancia corta el trayecto más largo. Ese estar todos en el mismo lugar y en el mismo momento. Esa espera por hacerte con tal o cual libro, en el puesto de una librería a la que acudes otro día, sin tanta gente. Y, sin embargo, con tanta festividad religiosa y tanta procesión, siempre es delicioso ver una ciudad entera, en la calle, celebrando la palabra.

Maragalladas

A la pregunta de un periodista sobre la falta de respeto de los alumnos hacia los profesores, el conseller de educación, Ernest Maragall, responde: "Esta falta de respeto viene dada, en parte, por el hecho de que los alumnos saben más que los profesores en cuestiones como las nuevas tecnologías. ¿Cómo les van a respetar si la relación en la trasmisión de conocimientos se invierte?". Ahí queda eso.

19.4.09

Reseña

Una reseña del libro La despedida, de Javier Morales Ortiz, en la revista Encuentros de lecturas.

13.4.09

Más anotaciones de El escritor de posdatas

Lo peor de un escritor es que piensa que todo le pertenece.

(Libro de las anotaciones, página 14)


*

- No sé escribir.
- ¿Por qué?
- Porque ya no soy capaz de encontrar errores en lo que escribo.
- ¿Y por qué sigues publicando?
- Sólo se me ocurre una respuesta: no quiero volver a leer lo que acabo de escribir.

(Entrevista, Santa Marta, 1989)

7.4.09

Blog

A ver si a la quinta va la vencida.

5.4.09

Praga

Poco a poco, expandimos el círculo. O revisamos su centro. En mi caso, el viaje suele situar mis límites. Una manera como otra cualquiera de revisarse a uno mismo. Otra forma de averiguar hasta dónde alcanzan las cosas. Acabo de volver de Praga y no me ha sido difícil reconocer las razones que me llevaron allí la primera vez, hace ya nueve años. En esta ocasión, como en aquella, transitar por ciertos lugares y ampliar las zonas. Fue un viaje iniciático, en todos los sentidos. Un punto de inflexión. Era, si no recuerdo mal, la primera ocasión que viajé solo a una ciudad extranjera. Más allá de eso, era casi una cuestión personal. Creí, con acierto, que debía pasar por allí si quería seguir hacia delante.
El azar juega con esas simetrías. Mientras tanto, la ciudad sigue con esa luz en sombra y con ese reflejo expansivo sobre el Moldava. Con el paseo en los no-lugares (puentes, tranvías, escaleras, callejones intermedios, bares de paso, barcos). Todo aquello que no cambia, porque uno no ha cambiado tanto desde entonces.